sábado, 15 de febrero de 2014

¿Mejoran las pantallas curvas la experiencia de la televisión?


    La evolución que han experimentado los televisores durante la última década ha sido asombrosa. No solo hemos presenciado la extinción prácticamente total de los televisores equipados con un tubo de rayos catódicos (CRT), los de toda la vida, sino también un desarrollo enorme de la tecnología LCD, y, en menor medida dado su declive actual, de los paneles de plasma.
    Los televisores equipados con un panel LCD se han ido haciendo progresivamente más finos y estilizados. Pero lo más importante es que su calidad de imagen ha mejorado mucho gracias a la introducción de tecnologías como la retroiluminación LED, los paneles con un refresco nativo elevado, los algoritmos de mejora del movimiento, las técnicas de atenuación local de la retroiluminación, y, por supuesto, el incremento de la resolución, entre otras mejoras. Y, ahora, están a punto de irrumpir los televisores con pantalla curva dispuestos a cambiar las reglas del juego.

De las 576 a las 2.160 líneas, y ahora a por la curva

Si nos ceñimos al número de puntos que componen la imagen de los televisores, comprobaremos que en pocos años hemos pasado de la resolución PAL estándar (720 × 576 píxeles) a la HD Ready (1.280 × 720 puntos). Y de esta última a la Full HD (1.920 × 1.080 píxeles). Pero esto no es todo. Las primeras teles 4K, o, como preferimos nosotros para ser lo más rigurosos posible, 2.160p o UHD, contienen el cuádruple número de puntos que las Full HD (3.840 × 2.160 puntos) y ya están en las tiendas. Y los televisores 8K UHD (4.320p) ya se atisban en el horizonte.

    
  La resolución es una mejora importante, no cabe duda, y ha sido uno de los principales motores del mercado de las televisiones. Sin embargo, el año pasado algunos fabricantes, con Samsung y LG a la cabeza, empezaron a mostrar en las ferias y otros eventos especializados en imagen las primeras teles OLED y LCD con panel curvo. La «explosión» definitiva de estas propuestas se ha producido hace poco más de un mes, durante el CES, que se celebró en Las Vegas a principios de enero. Y, de nuevo, ha llegado de la mano de las dos compañías surcoreanas que he mencionado en este mismo párrafo.
       Lo más curioso es que estos primeros televisores curvos han recibido una acogida desigual por parte de la prensa especializada. Hay quien defiende que ofrecen una mayor calidad de imagen, y, sobre todo, una experiencia más inmersiva. Y también quien opina que no solo no aportan nada, sino que, además, introducen algunos problemas que no están presentes en las teles planas convencionales. No es sencillo extraer conclusiones definitivas sin haber tenido la ocasión de probarlos con detenimiento, pero en este post vamos a intentar arrojar un poco de luz con el mayor rigor posible para averiguar si realmente merece la pena apostar por las televisiones con pantalla curva.

Primero, las ventajas

        En mi modesta opinión, uno de los errores que están cometiendo las empresas que han apostado por las pantallas curvas es hacer demasiado hincapié en su capacidad de inmersión. La ligera curvatura de los paneles y su moderado tamaño (los mayores coquetean con las 100 pulgadas) no resultan decisivos en lo que concierne a este factor. Sin embargo, ofrecen otras mejoras importantes a las que merece la pena prestar atención. Una de ellas consiste en que, gracias a su curvatura, ofrecen una mayor inmunidad que las televisiones planas a las reflexiones de la luz ambiental. Esto provoca una menor fatiga ocular, y, a la par, una mayor legibilidad, lo que siempre resulta de agradecer.



   Una de las ventajas añadidas a la presencia de menos reflexiones es que el brillo puede ser menor que en una tele convencional debido a que no debe competir de una forma tan evidente con la luz presente en la habitación. Por esta razón, el consumo de las teles curvas puede ser ligeramente inferior que el de una televisión plana del mismo tamaño, lo que nos invita a hacer un inciso «off-topic»: en los smartphones con panel curvado esta característica es aún más importante debido a que puede incidir notablemente en su autonomía.
   Más cosas. Es importante que tengamos en cuenta que la curvatura del panel de estas teles es sutil. En el caso de las pantallas de Samsung el radio de curvatura es 4,2 metros, lo que significa que, si dispusiésemos de suficientes televisores como para construir un círculo perfecto con ellos, su radio sería de exactamente esos 4,2 metros, lo que nos permite formarnos una idea bastante precisa de que, efectivamente, su curvatura es ligera.

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